domingo, 7 de abril de 2013

Pokémon de mi corazón


Existen cientos de Pokémon ya, muchos más que cuando salieron a la luz en 1996. En su origen, estás criaturas inundaron el mundo a todos los niveles: Videojuegos, revistas, comics, televisión… Los niños jugaban sin parar, a través de sus dispositivos electrónicos o fingiendo ser entrenadores en el mundo real, disfrutando de cada momento y viviendo experiencias increíbles e importantísimas para un niño. Han pasado ya más de 17 años, y los personajes que protagonizaron mi infancia se han mantenido vivos en las consolas de las generaciones posteriores, llegándose a multiplicar de una forma inimaginable en las últimas décadas.

Los juegos han perdido ya su gracia, y los Pokémon no son lo que eran (A mí que no me compares a Pikachu, Charmander o Lapras con los nuevos monstruitos que han creado los de Game Freak). Aún así, está claro que no hay quien los derrote. Es, sin duda, una de las series de más lucrativas de todos los tiempo, y continúan vendiendo millones de videojuegos cada año para todos los soportes de Nintendo, incluyendo nuevos episodios para cada una de las consolas que salen al mercado.




Sin embargo, echo de menos aquel grupito de 151 Pokémon que me acompañó en la infancia, aquella maravillosa lista que empezaba con Bulbasaur y terminaba con Mew, y que todos los niños se esforzaban por aprenderse de memoria. Recuerdo las luchas en los gimnasios, las estresantes búsquedas para completar la Pokedex, la ansiedad causada por la cuenta atrás de la Zona Safari, o el profundo terror que te ocasionaba la inesperada aparición de tú rival cuando más débil estaba tu equipo.

El espíritu de los juegos se ha mantenido, pero claramente la magia de las primeras ediciones no ha llegado a los actuales compradores de videojuegos, más centrados en los increíbles efectos de imagen y la complejidad adquirida con los años de evolución de la saga. La última y muy gay evolución de Eevee, o la presunta nueva forma de Mewtwo son un claro ejemplo de cómo Pokémon ya no es lo que era.



Yo, sin embargo, seré siempre fiel a la saga. Y mantendré esa primera lista en la parte más friki de mi corazón.

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