El fenómeno fan es, para mí, uno de los más curiosos. Me
cuesta entender como alguien es capaz de identificarse de forma radical con una
serie, un músico, o un libro del que jamás ha oído hablar, y que se convierte
de la noche a la mañana en uno de sus motivos para seguir viviendo.
Uno de los casos más sonados ha sido el de Los Juegos del
Hambre, a raíz de la adaptación cinematográfica de este best seller mundial.
Este libro fue publicado hace años, pero en apenas unos meses mucha gente se ha
subido al carro. La forma en la que autora, director y protagonistas han
arrasado en la venta de libros y
entradas de cine me lleva de nuevo a pensar en cómo la gente se entrega de
forma tan desmedida a aquello que tanta admiración les causa.
Muchos expertos basan su explicación sobre el fenómeno fan
en la necesidad que tenemos los humanos de pertenecer a un grupo. Si no nos
conocemos lo suficiente a nosotros mismos, o no somos capaces de encontrar un
grupo con nuestras mismas características, debemos recurrir a otro nexo. Así es
como escogemos a un artista, una película o cualquier otra cosa para sentirnos
conectados a los demás. Por no hablar de que este fenómeno es característico de
la adolescencia, cuando los jóvenes emulan a otras personas durante la búsqueda
y consolidación de su propia identidad.
¿Tú qué opinas? ¿Es, en un caso como el de Los Juegos del
Hambre, Justin Bieber o el mismísimo Harry Potter, admiración real o una simple
imitación de los otros?