La selección española de fútbol es, de nuevo, campeona de
Europa.
Miles de personas se alegran por ello, sacan sus banderas al
balcón, van más contentos a trabajar, quedan con los amigos en el bar para
comentar las mejores jugadas del partido… ¡Todos estamos hoy de fiesta! Bueno,
todos no.
Hay gente que lleva desde el minuto uno de esta competición
deseando que pierda la selección de su país, para que sus compatriotas olviden
temas tan banales como el deporte, y vuelvan a centrarse en lo que realmente importa.
Para estas personas sólo la crisis, los incendios, la violencia o la política
internacional merecen la portada de un periódico, y son capaces de atacar a la
esperanza y la felicidad de las demás personas con tal de conseguirlo.
Ahora esta gente está en su casa, llorando desconsoladamente
al ver cómo sus malvados y egoístas presagios se han ido al traste. Me los
imagino cómo los villanos de las películas en la escena final, cuando se dan
cuenta de que todo aquello a lo que han dedicado su esfuerzo ha resultado ser
una pérdida de tiempo, y se arrepienten profundamente de haberse puesto a sí
mismos en una posición tan comprometida. Y es que los malos deseos no llevan a
ninguna parte.
Me gustaría que esto les sirviera de lección. Aunque siendo
realistas, imagino que estarán tratando de reponerse del golpe rápidamente
para, cómo un malo de cuento, regresar pronto a conseguir lo que en esta
ocasión la fortuna no les ha permitido.
Lo mismo que puse la otra vez, es que parece que tengamos que estar llorando siempre. Además, la gente que se queja en twitter parece que se cree V de Vendetta y no están haciendo nada por ayudar al país, que salgan a la calle si quieren hacer algo productivo.
ResponderEliminarHay muchas ideas de lo que hay que hacer pero poca gente que quiera hacerlo. Y mientras se dedican a dar lecciones a los demás.
EliminarYo me los imagino metidos en la ducha agarrándose las rodillas y llorando desconsoladamente.
ResponderEliminarQué cruel eres! Me encanta =D
ResponderEliminarA mi lo que me molesta de todo esto es el poco respeto que tienen hacia los demás. Hay mil imágenes en las que se califica a los que vieron el fútbol como borregos sin darse cuenta que el ver un par de horas de un deporte no nos impide el ser conscientes de lo que ocurre en el país. Hay que respetar a los demás si pretendemos que nos respeten, pero por twitter ser críticos es muy fácil porque todos somos anónimos.
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